Investigación enactiva

Ciencia en movimiento


La Comunicación Estratégica orienta la actividad de nuestro proyecto como una metaperspectiva ocupada por el cambio social conversacional, desde los nuevos paradigmas de la ciencia. Esta metaperspectiva es un modelo de investigación que inscribimos dentro de la investigación enactiva.

Foto: Diana Mehrez
Entendemos a las estrategias como dispositivos de investigación-acción. Estos proyectos de investigación comunicacional, lejos de pretender instaurar la verdad en términos de un objetivismo obtuso, pretenden hacer cuerpo con el mundo.


El movimiento enactivo, desarrollado por autores como Francisco Varela (Varela 1974 y 1990), sostiene que el conocimiento es acción y no solo representación del mundo. Los seres humanos co-creamos los mundos que habitamos, en el acto de habitarlos. 



Eso mismo es lo que hace emerger mundos con la investigación, en una espiral sin límites precisables mientras el sistema permanezca vivo o activo. Trabajamos con estrategias de comunicación como  dispositivos de inteligibilidad y a la vez de interpelación de lo real en dimensiones múltiples (Massoni en Gumucio y Tufte, 2006).


La investigación enactiva y la ciencia clásica

Los dispositivos son “…máquinas para hacer ver y para hacer hablar” (Deleuze, 1990), artificios cuya configuración habilita la visibilidad de algo que no pre existe sino que emerge con el dispositivo mismo. Los dispositivos afectan a tres categorías centrales del conocimiento científico del siglo XX: la calidad de universal, la originalidad y la verdad.

La utilización de estrategias de comunicación como dispositivos cuestiona la calidad de universal propia del método científico clásico que aspira a generar leyes universales. “Lo uno, el todo, lo verdadero, el objeto, el sujeto no son universales, sino que son procesos singulares de unificación, de totalización, de verificación, de objetivación, de subjetivación, procesos inmanentes a un determinado dispositivo” (Deleuze, 1990). 

Con el diseño de estrategias comunicacionales se discute la noción de lo original, en tanto «en todo dispositivo hay que distinguir lo que somos (lo que ya no somos) y lo que estamos siendo: la parte de la historia y la parte de lo actual” (Deleuze, 1990).

De la misma manera, la estrategia comunicacional no es una fórmula de verdad. Más bien “la verdad es la realización de las líneas que constituyen el dispositivo” (Deleuze, 1990). No es un plan elaborado para ser aplicado, sino un dispositivo flexible y especialmente atento a lo situacional en tanto espacio fluido, en tanto lugar habitado en el que coexisten las alteridades socioculturales. Es una mirada respetuosa de las diversidades presentes en la situación que desea transformar, que no se limita tampoco a lo discursivo.

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